La fuerza del Reiki estimula nuestro organismo de una forma integral, impulsándolo hacia la curación. A través de la Fuerza Vital Universal, podemos liberar y volver a disponer de las energías emocionales que se han convertido en corazas como consecuencia de los bloqueos y la constante tensión muscular. El Reiki puede ser el primer paso hacia una intensa descorificaión corporal, el detonante, siempre que vaya acompañado de un proceso de renovación orgánica. Es preciso curar el cuerpo antes de atreverse con el espíritu.
La fuerza Reiki fluye en forma de espiral, a través de las manos del transmisor (terapeuta) girando en sentido contrario de las agujas del reloj. La importancia y el valor del Reiki reside, precisamente, en la imposibilidad de que el terapeuta influya de una manera determinante en el proceso y en el resultado de la curación.
EL REIKI NO PUEDE HACER DAÑO Y NO SE PUEDE USAR CON FINES PERJUDICIALES PARA LA PERSONA QUE LO RECIBE.
El Reiki deberá ayudar en la evolución personal y espiritual, en el sendero de la iluminación del iniciado en el Grado I. Aunque el Reiki no está afiliado a ningún sendero espiritual ni trabaja para nadie en particular. Y tampoco garantiza la iluminación de nadie.
Qué se puede tratar con Reiki:
– Depresión
– Estrés
– Los miedos
– La falta de conciencia
– Los complejos de inferioridad
– Ansiedad
– Ira
– Los problemas nerviosos
– La bulimia
– La anorexia
– Las adicciones al alcohol
– Tabaquismo
– Drogadicciones
– Escoliosis Multiple
– Cáncer
– Las enfermedades del Corazón
– Las enfermedades de la Piel
– Los cortes
– Los huesos rotos
– Problemas sexuales
La duración de la terapia depende mucho de la reacción del paciente. No se puede determinar previamente.
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