Olvidar que la vida continua después de la muerte, puede provocar en alguna gente miedos y sufrimientos inútiles. Las plantas y los animales saben muy bien que volverán a los mundos de luz, cuando tengan que volver. Por tanto, no hay que creer que el vivir excluya el hecho de morir y por tanto, no debemos rebelarnos contra la muerte cuando esta toma nuestros cuerpos para liberarlos.
En nuestro caminar a través de la materia, a menudo olvidamos quienes somos, de donde venimos y a donde volveremos, tras la muerte de nuestro cuerpo carnal. Hay veces que ni siquiera recordamos que somos seres espirituales, seres que hemos creado pensamientos y emociones, que hemos creado un cuerpo físico y el maravilloso decorado del planeta-escuela-tierra.
Hemos conseguido los seres humanos perdernos hasta tal punto entre los espejismos de nuestra mente y los laberintos de nuestras costumbres sociales, que hemos olvidado que somos “el niño eterno del cosmos”, hijo del Padre Celestial y de la Madre Terrenal. Para que nuestra vida sea agradable y placentera necesitamos sentir que los seres que pueblan los mundos de luz nos apoyan y nos guían.
Aquellos a quienes hemos amado, pero que se han ido antes que nosotros, no están muertos, siguen amándonos, animándonos, protegiéndonos, desde los mundos espirituales. Todos los seres vivos, tanto estén ocupando un cuerpo material, o estén en un “cuerpo” de luz, en los mundos espirituales, forman una única familia, así lo percibo desde hace un tiempo a estar parte.
La cuestión es que muchísima gente se hace la idea de que la vida es un asunto muy serio, una lucha constante para poder controlar el mundo, y de repente ¡zas! ¡ ¡te sumerges en la magia de los sueños de un niño!
En el teatro de la vida, en la tierra, cada uno desempeña un papel, pero entre los bastidores de los mundos espirituales, no hay disfraces, ni maquillajes, que escondan realmente lo que eres, energía de amor.
A nivel del alma, todas las ilusiones se han fundido y todos conocen su unidad divina. Hace tiempo leí en un articulo una descripción sobre el cerebro, que decía que ”la parte izquierda del mismo piensa, analiza, razona, reflexiona y compara, mientras que la parte derecha imagina, sueña, admira y recibe las imágenes, los símbolos y las inspiraciones que nos llegan de los mundos sutiles».
El hemisferio cerebral izquierdo corresponde a la energía masculina y el hemisferio derecho a la femenina. Evidentemente, todos los seres humanos intentamos hacer las paces entre las dos mitades de nuestro cerebro, y aquellos quienes crean una barrera entre los dos hemisferios vive rodeado de sufrimientos y de carencias.
Por tanto si dejamos que los mensajes de nuestra alma inunden nuestra parte derecha del cerebro, y después los organizamos en pensamientos y palabras en nuestra parte izquierda del cerebro, entonces es cuando nuestra vida aquí en la tierra, se volverá tan ligera, fluida y agradable y alegre como lo es en los mundos de luz. Ahora estoy recordando, todos los años pasados entre la confusión, el miedo y la ignorancia, y ahora estoy sonriendo, porque empecé una vida nueva, una vida ligera.
Autor: Silverio
http://elcandildelospensamientos.com
Gracias por compartir el pensamiento de mi autoría en esta pagina que he visitado hoy y es muy interesante, gracias amigo Juan Carlos por ser como eres y por estar siempre…. un abrazo amigo, y mis respetos a todos los integrantes de esta web.
Silver
Gracias por tus palabras, son muy amables y sé que son sinceras. Un honor tenerte con tus pensamientos por estos lares.
Gracias en nombre de todos.
Juan Carlos