Yo soy la luna menguante
la diosa que desaparece de la tierra.
En primavera, busqué a mi Señor,
y me uní a él bajo los árboles y las estrellas.
En Beltane, me casé con mi Señor,
debajo de las primeras flores de espino.
Y en verano maduré las manzanas en los huertos,
y la fruta creció, redonda y fuerte,
como la semilla en mi vientre.
Cuando cosechaba el trigo, mataba a mi Señor
para que con su muerte nuestra gente pueda nutrirse.
Y ahora, en otoño,
bajo al suelo,
para residir con mi Señor en su oscuro reino,
hasta que nazca nuestro hijo.
En el solsticio de invierno, daré a luz al niño
y revivirá tu esperanza,
y en Imbolc volveré yo misma,
para renovar la tierra.
Te dejo pero vuelvo a ti.
Cuando veas mi poder disminuir,
y las hojas caer de los árboles;
cuando la nieve destruya, como la muerte,
todo rastro de mí en la Tierra,
búscame en la luna,
y allí en el cielo verás mi alma,
escalando suavemente entre las estrellas.
Y en este período oscuro,
cuando la luna está cubierta por la sombra,
y no hay rastro de mí en el Cielo o en la Tierra;
cuando miras afuera
y tu vida parece fría, oscura y estéril;
no dejes que la desesperación se instale en tu corazón.
Porque cuando estoy escondida,
sólo me estoy renovando;
cuando declino,
me estoy preparando para volver.
Recuerda mi promesa y mira dentro de ti,
y allí encontrarás mi espíritu,
esperando a los que buscan;
porque cerca de la fuente de tu ser,
todavía estoy esperándote.
Soy Diana en el Cielo,
y en la Tierra, Perséfone,
y dentro de ti, la oscura Hécate.
Triple soy ,;
El Uno en Tres;
mi cuerpo la Tierra,
mi alma la luna,
y dentro de tu ser más profundo,
el espíritu eterno, el mío
La carga de la diosa del otoño
Por Vivianne Crowley ©