Es probablemente el símbolo espiritual mas antiguo del mundo y el primer origen de lo que mas tarde, con el tiempo y el paso de los siglos, se convertiría y derivaría en otros símbolos tan populares como el Trísquel o la Esvástica. Está formado por una Cruz englobada dentro de un círculo y como pueden imaginar representa el calendario solar y el movimiento del Sol por los solsticios. También se le denomina Cruz de Odín.
Una de sus variaciones es la Cruz de Taranis que esta formada a partir de la Cruz Solar pero añadiéndole una X, es decir, dos diagonales en sentido opuesto. Este símbolo representaba la unión de los solsticios con los equinoccios cuyo centro sería el Sol y está asociada al Dios galés Taranis, Dios del Trueno y del Cambio, vinculado curiosamente a los espacios celestes.
Según David Talbot, muchas civilizaciones usaron este curioso símbolo para representar el Sol, además de víncularlo a los cuatro ríos del Paraíso en la cultura pre-cristiana o a las cuatro corrientes del paraíso hindú de Brahma entre otras equivalencias entre las que destacan siempre las cuatro esquinas del mundo cuyo sentido cosmológico era muy recalcado haciendo clara referencia al Reino Celestial y no al geográfico como podríamos pensar. ¿Qué significa esto? Que este símbolo estaba muy relacionado con el Sol en su posición central y sus cuatro direcciones míticas y divinas como movimiento de energía. Para los antiguos, el Dios Solar provoca que la vida fluya en cuatro direcciones logrando un equilibro perfecto que se conseguirá siempre que el Dios Sol permanezca firme y constante mientras la rotación se convertiría en el quinto movimiento, el definitivo y el que le daría sentido a la vida propiamente dicha.
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