– Primero consagrar la sal:
Cogiendo la sal entre nuestras manos, en un recipiente de barro, decir: «Que la protección y el poder de los Dioses sea con esta criatura de sal. Ellos harán que toda negatividad e impedimento se alejen. Yo te invoco, oh Diosa!!; Yo te invoco, Oh Dios!! para que acudas a ayudarme.»
– Ahora consagraremos el agua:
Poner el agua en otro recipiente de barro. Lo ideal es que sea de un río, lago ,de lluvia y si es del grifo, estirilizarla primero hiviéndola, por ejemplo. Luego añadirle la sal consagrada diciendo: “Yo te limpio y empodero, Criatura del Agua, para que dejes al descubierto todo engaño y para que alejes todas las impurezas y negatividades, para que no hagan daño a quien te posea y quede guardado mientras te use”
Luego, dejarla 7 días al sol, con sus 7 noches a la luna…
Cogiendo la sal entre nuestras manos, en un recipiente de barro, decir: «Que la protección y el poder de los Dioses sea con esta criatura de sal. Ellos harán que toda negatividad e impedimento se alejen. Yo te invoco, oh Diosa!!; Yo te invoco, Oh Dios!! para que acudas a ayudarme.»
– Ahora consagraremos el agua:
Poner el agua en otro recipiente de barro. Lo ideal es que sea de un río, lago ,de lluvia y si es del grifo, estirilizarla primero hiviéndola, por ejemplo. Luego añadirle la sal consagrada diciendo: “Yo te limpio y empodero, Criatura del Agua, para que dejes al descubierto todo engaño y para que alejes todas las impurezas y negatividades, para que no hagan daño a quien te posea y quede guardado mientras te use”
Luego, dejarla 7 días al sol, con sus 7 noches a la luna…
Lo ideal es que lo haga una sacerdotisa o sacerdote… así es más «potente».
© Morganna Barcelona.
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