El 20 de junio de 1972 a las seis de la mañana daría comienzo uno de los casos más apasionantes y a la vez trágicos de la historia de la ufología en España. En esos momentos un operario de Renfe descubría en la extinta estación de Torrebonica (entre Terrassa y Sabadell), en la línea Barcelona – Zaragoza un cadáver decapitado y a pocos metros un segundo cuerpo también sin cabeza. Ambos llevaban una nota en la que rezaba: “Los extraterrestres nos llaman, pertenecemos al infinito”.
Los suicidas eran Juan Turu Vallés, de 21 años y José Félix Rodríguez Montero, de 47 años.
En principio todo pareció un suicidio, aunque esta oscura trama no se ha llegado a esclarecer del todo, ya que al parecer existen otras posibles teorías aparte del suicidio, como la que apunta a que pudiera tratarse de un asesinato, pero el caso se cerró catalogándose como suicidio.
¿Quiénes eran esos individuos? ¿Por qué habían muerto? ¿Por qué en ese lugar? ¿Y esa nota?
“Yo todavía no me lo explico, –le confiesa Jordi M., compañero de trabajo de Turu al investigador Josep Guijarro- el viernes anterior se había comprometido a construirme un telescopio y, además pidió permiso a la empresa para ausentarse el lunes…” ¿Cómo era posible, entonces, que tres días más tarde apareciera muerto? ¿Por qué pide permiso si no pensaba volver? Su madre que, en todo momento se negó a resolver nuestras dudas lo tenía claro: “A mi hijo lo mataron”.
Según investigaciones realizadas por diversas personas la motivación para llegar a realizar tan fatídico acto era muy diferente en los dos protagonistas. Por su parte José Félix estaba plenamente convencido de que había “llegado la hora” de contactar con esos supuestos seres, pero no tanto Juan Turu, quien llevaba una vida de lo más normal e incluso tenía planes inminentes de boda y que según las investigaciones enfocaba su investigación cómo eso, sin muchas más connotaciones de tipo espiritual ni sectario que José Félix parecía adoptar.
Según apunta Josep Guijarro hasta un total de 9 muertes en similares circunstancias se dieron en aquellos años, pudiéndose recuperar los informes de 2 chicos que se suicidaron de manera idéntica cerca de la estación de tren de Puigvert-Artesa, en la provincia de Lleida, dejando tantos sino más interrogantes que el caso que nos ocupa. Guijarro también destaca las presiones a todos los niveles para que la investigación se cerrara cómo suicidio.
Muchos interrogantes quedan tras este espeluznante caso que desató mucha expectación que, de una forma u otra, terminó cerrándose lo más rápida pero quizá no realista manera.
Juan Carlos Díaz.