Empezaremos hablando de la Teoría del Caos.
La teoría del caos es la rama de las matemáticas, la física y otras ciencias (biología, meteorología, economía, entre otras) que trata ciertos tipos de sistemas complejos y sistemas dinámicos no lineales muy sensibles a las variaciones en las condiciones iniciales. Pequeñas variaciones en dichas condiciones iniciales pueden implicar grandes diferencias en el comportamiento futuro, imposibilitando la predicción a corto plazo. Esto sucede aunque estos sistemas son en rigor deterministas, es decir: su comportamiento puede ser completamente determinado conociendo sus condiciones iniciales.
Esta teoría declara que existen cierto tipo de sistemas cuyo comportamiento es prácticamente imposible de predecir, pues este es dependiente de diversas variables como pueden serlo el tiempo en sistemas dinámicos e interacciones por los sistemas complejos. Como ejemplo, si dejamos que una hoja viaje con el viento, será imposible para nosotros conocer dónde se encontrará esta hoja tras el paso de unas simples horas y aún más lo será si tratamos de predecir donde es estará la hoja tras el paso de varios meses.
Por esto y de entrada, podríamos decir que no existe la magia del caos. Y también porque no hay un conjunto de técnicas que la conformen. Por lo tanto, no es un sistema en sí misma.
La magia del caos es una actitud, una filosofía que promueve la experimentación, el juego y la creatividad, mientras descarta las reglas dogmáticas. Señala que las técnicas, más que los símbolos, son lo que importa y que nuestra creencia en un sistema es en realidad lo que lo hace funcionar. Descarta la idea de la verdad absoluta y se centra en los resultados del mundo real.
Los magos del caos dicen que «Nada es verdad, todo está permitido», refiriéndose al hecho de que teóricamente se puede hacer cualquier cosa.
La idea es probar diferentes conjuntos de técnicas y averiguar por uno mismo si funcionan o no. Este tipo de actitud experiencial fomenta la creatividad y la inventiva y pone énfasis en los resultados para «probar» un determinado conjunto de técnicas.
La magia del caos es un marco teórico en el que encajar otros sistemas mágicos, de manera que los practicantes de esos sistemas pueden tener más fácilmente un lenguaje compartido para fomentar la comunicación cruzada y la experimentación a través de los diversos conjuntos de conocimientos que presentan las diferentes personas. Y también se está convirtiendo, actualmente, en un “cajón de sastre” donde cabe todo sin más.
La palabra caos es una palabra difícil de explicar. Muchas personas sienten que el caos es desorden y que el desorden es «malo» y debe ser evitado. Pero si buscamos en un diccionario, encontramos los siguientes significados:
- Un estado de extrema confusión y desorden.
- Estado sin forma y desordenado de la materia antes de la creación del cosmos.
- El más antiguo de los dioses; la personificación de la infinidad del espacio que precede a la creación del universo.
- (Física) Un sistema dinámico que es extremadamente sensible a sus condiciones iniciales.
El término «magia del caos» se le atribuye a Peter Carroll, a quien le encantan las matemáticas y la física. Peter Carroll es un ocultista moderno y junto con «The New Equinox» publicado y escrito por Ray Sherwin, Carrol es considerado creador de la Magia del caos como un campo independiente de exploración oculta. Carroll y Sherwin crearon un grupo organizado sin excesivo rigor llamado los Iluminados de Thanateros.
En 1995, Carrol anunció su deseo de renunciar a sus «roles de magus y pontífice del caos». En 2005, apareció como instructor de Magia del caos de la Maybe Logic Academy por solicitud de Robert Anton Wilson y posteriormente fundó el Arcanorium Occult College con otros conocidos magos del caos (Lionel Snell, Ian Read y Jaq D. Hawkins). Esta experiencia revivió su interés en el tema mágico y desde entonces anunció otro libro sobre el tema.
La definición no lineal y matemática del caos está más cerca, aunque no es exactamente lo que Peter Carroll quería transmitir. Sin embargo, en Liber Nulland Psychonaut hay referencias a una parte muy importante ya que, a menudo, sincroniza muchos sistemas mágicos ceremoniales orientales y occidentales en este libro.
Si miramos una definición del Tao, vemos:
«Había algo indefinido y completo, que existía antes del Cielo y la Tierra. Cuánta quietud, cuánta falta de forma, estando solo y sin cambios, llegando a todas partes sin peligro de agotarse. Puede ser considerada como la madre de todas las cosas. La verdad es que no tiene nombre, pero lo llamo Tao.» (Tsu, 1972).
La definición de magia del caos que nos da Carroll y la interpretación del Tao son muy parecidas.
Los magos del caos más sensatos no están de acuerdo en que el caos es «destrucción y maldad», sino que están más de acuerdo en que el caos no tiene forma e incluso podrían estar de acuerdo en que el orden aparente de las cosas es meramente una estructura arbitraria que percibimos.
Para la mayoría de los magos caóticos serios, el «Caos» está mucho más cerca de los sistemas matemáticos, de la dinámica no lineal o de la fuerza primaria a partir de la cual construimos los ritmos de la magia. El tipo de magia, sin embargo, sigue otras tendencias postmodernas similares.
La literatura, el arte y la música posmoderna, la física cuántica, las matemáticas del caos y otros ejemplos muestran claramente un movimiento de alejamiento de la verdad.
Todos estos acontecimientos recientes subrayan la importancia que tiene el observador para determinar el resultado o el significado. No debe sorprender entonces, que en la gran cultura de occidente, la noción similar del impacto del observador esté representada en y por la magia del caos.
Lo más revelador de un mago del caos es su habilidad para cambiar sus creencias y paradigmas a voluntad. Es un cambio completo de perspectiva del mundo en el que viven para poder ver su realidad desde un punto de vista diferente.
Si nos paramos a pensar, esto significa que un mago del caos un día un puede ser cristiano y a la semana siguiente puede ser budista. Estas dos filosofías son radicalmente diferentes en su orientación hacia el mundo y la adopción de cualquiera de ellas tendría implicaciones en las acciones y actitudes diarias de la persona. Por lo tanto, la magia del caos exigirá que los practicantes sean capaces de cambiar de forma significativa entre cualquier creencia sobre sí mismos, otros y creencias religiosas.
Para el mago del caos, las creencias son opciones, herramientas que potencian la magia. Y en la práctica, esto es extremadamente difícil de hacer. Los magos del caos tienen que descodificar constantemente sus mentes para eliminar viejos patrones y creencias y adoptar otras nuevas, si quieren que su magia funcione. Esto requiere práctica, disciplina mental y dedicación. Como la idea es que no hay un camino correcto o una verdad absoluta, el practicante se queda con la prueba de fuego de los resultados del mundo real para defender sus rituales, técnicas y creencias.
Esto hace que la magia del caos, en la práctica, sea uno de los caminos mágicos más difíciles, fundamentados y exigentes si se practica de la manera recomendada por Liber Null y Psychonaut.
Muchas de las ideas de la magia del caos se han filtrado en la comunidad ocultista y pagana. La idea de que las palabras de un ritual no son importantes pero la intención es el aspecto más importante del ritual es una consecuencia directa de la teoría de la magia del caos. Además, la idea ecléctica de que se pueden combinar entidades de diferentes culturas en el mismo ritual es una práctica surgida de la filosofía mágica del caos. Es lo que tiene la New Age y la inconsciencia y falta de estudios y referentes en los/las nuevos/as brujos/as internautas. La mayoría de Ellos/as no conocen a los “padres” del ocultismo.
La dependencia de la magia orientada a los resultados obliga a las personas a mejorar y obtener resultados cuando es necesario o a reexaminar sus métodos. Aunque hay muchas opiniones diferentes al respecto, esta libertad es realmente un arma de doble filo ya que muchos de estos practicantes noveles, parecen tratar la magia del caos como una especie de religión, hasta el punto de querer integrarla en rituales wiccanos o druídicos (por ejemplo y porque es lo que yo “controlo” dentro del paganismo).
De la misma manera, la magia del caos ha adquirido una siniestra reputación porque algunos magos del caos que trabajan completamente y sólo con poderes y paradigmas más oscuros han hecho que sea así. Pero la magia del caos no es oscura, ni utiliza demonios ni egrégores. Se puede trabajar con la magia del caos sin nada de eso, SIMPLEMENTE destruyendo para crear. ¿Y qué es destruir para crear? Pues en realidad, lo que hacemos los/las practicantes del Arte: alquimia pura. Con nuestra energía y el “movimiento” adecuado de ella, “destruimos” lo que no sirve para que lo que sí sirve se abra paso en nuestras, o vuestras, vidas.
Conclusiones:
La magia del caos no es ni oscura ni clara.
Es una actitud mágica difícil que no ofrece certeza, requiere flexibilidad mental y exige una verificación basada en resultados físicos.
La otra cara de esta libertad es que permite al mago la flexibilidad de jugar con el universo y ver cómo responde el universo.
La magia se convierte en un acto totalmente creativo.
Usando la actitud de la experimentación no dogmática, y muy científica, de prueba y validación, la magia del caos proporciona un marco para mejorar los condicionamientos existentes para lograr cualquier resultado que se desee.
Y la mayoría de los que se denominan “magos del caos” y siguen el “sendero de la mano izquierda”, creo que no tienen NI IDEA de lo que están hablando…
Fuentes:
– Orden y caos en sistemas complejos. Universidad Politécnica de Cataluña, ISBN 9788483014301.
– Zhona Kaos.
Y mi mente analítica.
© Morganna Barcelona.
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