No vamos a congelar a quien nos hace mal, sino su energía negativa.
Necesitamos:
- Botella pequeña de vidrio.
- Recipiente más grande y hermético.
- Agua.
- Papel.
- Lapiz.
Procedimiento:
La botella pequeña debe estar limpia y seca.
Escribiremos en un pedazo de papel el nombre y apellido de la persona y, si lo tenemos a nuestro alcance, colocamos algo que le pertenezca.
En el papel también escribiremos: “Daño ya no me harás, sólo te alejarás, porque ahora tus intenciones congeladas estarán”
Introducimos el papel y el objeto personal dentro del recipiente y le ponemos agua, sin llenarlo.
Introduciremos la botellita dentro del recipiente hermético y lo dejaremos en el congelador hasta que este se rompa.
Las malas intenciones del enemigo ya están congeladas, no pueden hacer más daño. Se puede repetir tantas veces como sea necesario, hasta que dejemos de sentir la energía negativa que nos manden.
© Morganna Barcelona.