Cuando escuchamos a alguien qué nos dice ser experto en esta o aquella mancia, entendemos que está familiarizado con alguna técnica para prever el futuro. Pueden ser las runas, o el I ching, o las cartas del tarot… Cada una de estas modalidades de adivinación sería una mancia.
Pero, en realidad, mancia ni siquiera es palabra del idioma español. Es más bien lo que se denomina un “elemento compositivo”, es decir, una especie de pieza complementaria que sirve para formar otras muchas palabras, como cartomancia o quiromancia, por ejemplo.
Sea como sea, la verdad es que mancia ha tomado ya carta de naturaleza en nuestro lenguaje como sinónimo de arte adivinatoria. No es menos cierto que mancia se ha convertido en el elemento que está detrás de innumerables vocablos. Podríamos citar más de doscientas mancias, lo que sin duda sólo es un reflejo de nuestro inagotable afán por despejar un poco el misterio del porvenir y las incertidumbres que nos acechan.
El origen de la Mancia
Mancia es término que proviene de la palabra griega mantía o manteia que es sinónimo de adivino y que a su vez es vocablo relacionado con la importantísima raíz indoeuropea men, que significa nada más y nada menos que pensar (con una connotación primitiva de medir o pesar). Es un decir, para la mente ancestral, para la mente que crea los fundamentos de nuestro lenguaje, de algún modo, el acto de pensar en sí mismo, ya está profundamente relacionado con la adivinación del futuro. El hombre piensa, sí, pero el mismo acto de pensar lleva consigo intrínsecamente las connotaciones de “pensar hacia delante”, de anticiparse.
La dualidad del pensamiento humano
Quizá ésta es la lección que nos enseña en esta ocasión la etimología. Profetizar, tratar de anticipar el futuro puede ser la más noble de las actividades del alma humana. La que realmente define el acto mismo de pensar, que no es sino sobrepasar la limitación del presente. Pero también, la mancia, el impulso adivinatorio, nos muestra a veces su lado oscuro, que nos habla de locura o incluso de mentira (que también proviene, mira por donde, la misma raíz men que mancia o mente).
En el mundo de la adivinación, nos sugiere la etimología, nos vamos a encontrar con lo mejor y con lo peor del pensar humano. El pensar que anticipa y el pensar que miente. El pensar que atisba el futuro y el pensar que enloquece. Una dualidad muy profunda. Reflejo de la dualidad de la mente humana.
Tipos de mancias
ABACOMANCIA: Arte de la adivinación que se basa en la utilización de ábacos o tablas con respuestas preparadas, escogidas al azar.
ACUTOMANCIA: Arte adivinatorio, basado en la utilización de objetos puntiagudos (alfileres, clavos agujas, etc.).
ADIVINACIÓN: Es la capacidad de prever acontecimientos futuros o descubrir cosas ocultas por medio de la Percepción Extrasensorial (ESP) directamente o bien utilizando como soporte de videncia, cartas, bola de cristal, residuos de café, el péndulo, etc.
AEROMANCIA: Método de adivinación por el cual, mediante la observación de la dirección y efectos del viento sobre un puñado de arena o granos al caer al suelo después de haber sido lanzados al aire, una vez que se ha planteado un enigma preciso, le proporcionan al adivino el pronóstico anhelado, para lo cual toma en cuenta la nube que se forma con el polvo.
AGALMATOMANCIA: Otro arte adivinatorio que se basa en la inspiración que se recibe de los dioses, mediante las estatuas o imágenes que representan a los mismos.
ALOMANCIA: Así se le llama al arte de adivinar o de ver el pasado o el futuro por medio de la sal.
ONIROMANCIA: Técnica de adivinación mediante los sueños. Es el arte de interpretar el significado y las predicciones de los sueños. Hay de dos niveles principales, aquellos debidos a los acontecimientos del día, de los deseos incumplidos, traumas almacenados en el subconsciente, etc. y aquellos que tienen que ver con la vida más elevada del soñador, en los que es consciente de una entrevista con el Maestro o con algún tipo de entrenamiento espiritual.
QUIROMANCIA O QUIROLOGIA: Arte adivinatorio, mediante la interpretación de las líneas de las manos. Ver Quirología.
CARTOMANCIA: Utilización de naipes o barajas de cartas para la adivinación y predecir el futuro.
GEOMANCIA: Arte adivinatorio basado en la interpretación de imagenes o figuras que el adivino percibe en la superficie de una cierta cantidad de tierra.
ALECTOMANCIA O ALECTRIOMANCIA: es una antigua forma de adivinación por medio de un gallo. A lo largo de la historia se han usado gallos de distintas maneras para intentar obtener predicciones.
Se dibujaban las letras alrededor de un gran círculo y se ponía granos de trigo sobre cada letra. El orden en que el gallo se comía los granos revelaba un mensaje. Si las palabras no tenían ningún sentido, el adivino las interpretaba. En cuanto el gallo se comía un grano, se volvía a poner otro en la letra para que todas pudieran aparecer cuantas veces fueran necesarias.
AXINOMANCIA: es una tecnica que consiste en la prediccion del devenir mediante el empleo de un hacha y un trozo redondo de un tronco de un arbol.
Era muy usada antiguamente, sobre todo en las regiones del norte(noruega, dinamarca, etc).
Habia distintas variaciones acerca del procedimiento, entre ellas la que consideraba la vibración que producia el hacha al ser clavada en un arbol. Sin embargo básicamente la axinomancia se utilizaba para buscar los culpables de robo o hallar tesoros.
En el primer caso, para encontrar a los ladrones, se calentaba la parte de la pala del hacha, en la que se depositará una bolita, y se le dara la vuelta despacio hasta que esta ruede hacia alguien. Ha de estar la pala colocada verticalmente.
Otra forma consiste en clavar la pala del hacha en la tierra, con el mango en perpendicular, y despues de bailar a su alrededor, el hacha se inclinara hacia el lado en el que han marchado los culpables.
Si se quiere encontrar un tesoro los pasos a seguir seran distintos. Primero debera obtenerse una piedra de agata redonta. Despues calentar el metal del hacha en el fuego y situar el filo de manera perpendicular. Colocar encima la piedra, de caer rodando deprisa repita la operacion tres veces. Si la direccion es siempre la misma allí habra un tesoro. Si la piedra no cae no habra ninguno.
BELLOMANCIA O BELOMANCIA es una forma de adivinación por medio de flechas.
La bellomancia era practicada especialmente por los orientales y por los árabes y era de dos tipos:
- se señalaban once flechas y se ponían en un saco, se sacaban luego y según las señales se deducían los presagios
- se tomaban tres flechas y sobre la primera se escribía Dios me lo manda, sobre la otra Dios me lo prohíbe, dejando la tercera en blanco. Después de haberlas metido todas tres en una aljaba, se sacaba una. Si salía la que tenía el lema Dios me lo manda, se hacía la cosa por la que se consultaba; si la de la otra inscripción, dejaba de hacerse; y si salía primeramente la flecha blanca, se principiaba de nuevo la operación.
BIBLIOMANCIA: Etimología: Del griego biblion libro y mantéia adivinación. Método de adivinación que consistía en abrir un libro en una página al azar e interpretar su contenido contextualizándolo o adaptándolo a la circunstancia presente. Aunque históricamente la Biblia ha sido el libro preferido de los bibliomantes, actualmente se utilizan también libros clásicos o con los que el interesado tiene cierta afinidad.
BOTANOMANCIA: adivinación por medio de plantas, ramas de hojas de verbena o brezo.
CAFEOMANCIA: La lectura del café o Cafeomancia es el arte de adivinar y analizar a partir del café. Su origen se pierde en la historia de la humanidad, turcos, libaneses, gitanos, armenios, árabes y europeos se disputan su procedencia y lo practican de generación en generación.
Se basa en la energía que una persona traspasa a la taza donde lo bebe al sostenerla y tomarlo lentamente. Puede conocerse el pasado, presente y futuro de la persona mediante figuras que forman los restos del polvo de café en su interior, cada una tiene distinto significado, que a su vez varía dependiendo del lugar donde aparezca en la taza. Hay personas que traducen el significado de las figuras tanto en la taza como en el plato.
CRISTALOMANCIA: es una de las modalidades de adivinación más antiguas.
Sabemos que la Cristalomancia ya existía en los primeros tiempos del cristianismo, aunque su origen data de mucho antes: posiblemente de la Cábala (la rama antigua de la sabiduría secreta que procede de la tradición mística judía). Los egipcios también hacían adivinaciones mirando en cristales y grandes piedras preciosas, y llamaban a esas maravillosas y pequeñas esferas (especialmente a los grandes cristales de roca) el «Ojo de Horus».
Ya en tiempos más modernos, el doctor Dee, famoso psíquico de la reina Isabel I, consultaba una bola de cristal para respaldar sus profecías con visiones más expresivas; y de Nostradamus se decía que usaba el cristal para confirmar, asimismo, sus predicciones.
Fuentes: Varias fuentes